domingo, 19 de abril de 2015

Zapatero a tus Zapatos. La película


Zapatero a tus zapatos

En su más reciente película, Adam Sandler interpreta al encargado de una remontadora de calzado que puede transformarse mágicamente en sus clientes. *1/2
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Las películas de McCarthy tienden a ser esquemáticas emocionalmente pero se redimen con actuaciones memorables, cuidadosas y matizadas, que les dan vida, haciéndolas creíbles y conmovedoras. 

Esta película parte de un refrán sensato: “Para conocer verdaderamente a un hombre, tienes que ponerte en sus zapatos”, aunque lo explora de forma absoluta y torpemente literal, dejando las implicaciones más amplias del dicho inexploradas.

Aquí, zapatos son zapatos. Y el que los lleva es Max (Sandler), quien tras la desaparición de su padre ha quedado a cargo de una remontadora de calzado al sur de Manhattan. Allí, gracias a una máquina mágica, descubre que al ponerse los zapatos de un cliente se puede convertir físicamente en él.

En este mundo de fantasía, caminar en zapatos ajenos no es un ejercicio de empatía o de entendimiento de otros modos de pensar. Se trata, apenas, de una transformación superficial, un cambio de carrocería y pintura que no toca nada más. Los zapatos ajenos no vienen con olores desagradables ni con historias personales ni con conocimientos insospechados o recuerdos de otras vidas. Lo único que implica caminar en los zapatos del otro es andar por ahí con otra cara y otro cuerpo.

La preocupación habitual de las películas de McCarthy sobre solitarios que florecen al encontrar una comunidad que los acoge resulta traicionada por completo. La transformación física, el ‘andar en los zapatos de otro’, no implica un encuentro con nadie más; estamos ante un abismo de soledad narcisista que ni siquiera logra darse cuenta de su carácter infernal. Es como si la película no se diera cuenta de que, además de nuestros rostros y nuestros cuerpos, somos nuestra sensibilidad, nuestras historias y pensamientos.

Zapatero a tus zapatos deja al mínimo la patanería habitual de las películas de Sandler, pero el resultado tiene un tono extraño, al mismo tiempo inocentón y ofensivo. Ya que ponerse zapatos ajenos no implica un cambio sustancial o un aprendizaje, las transformaciones de este adulto aniñado solo encarnan estereotipos ofensivos: se vuelve un afroamericano grandulón para robar, un inglés buen mozo para morbosearle la novia modelo, un viejo barbudo para pasar desapercibido.

Lo complementa una trama secundaria sobre la gentrificación de Nueva York que no tiene mucho sentido porque Max solo parece capaz de interesarse en sí mismo

viernes, 10 de abril de 2015

Frases y dichos sobre zapateros y zapatos

Son muchas las expresiones que relacionan al zapato y al zapateo, con diferentes aspectos de la conducta humana y con las costumbres. Pero quizás la que más se ha hecho más famosa es:
Zapatero a tus zapatos

Hay frases que encierran determinadas connotaciones, algunas como esta, trascienden a lo largo de los siglos y llega a convertirse en una forma directa de expresión con el significado de "no inmiscuirse a aquello que se desconoce". Quizás alguna de las personas que trabajan el oficio, se haya preguntado alguna vez por el origen de esta conocida expresión.
En el Imperio Romano, en el siglo I, el famoso escritor, científico, naturalista y militar, Gayo Plinio Segundo, conocido por Plinio el Viejo, escribió varios tratados. De sus escritos solamente la llegado a nuestros días la enciclopedia Historia natural que, durante la Edad Media, fue considerada máxima autoridad en materia científica; está escrita en un lenguaje claro y con un rico vocabulario, contiene gran cantidad de información sobre las más diversas disciplinas y recopila todo el saber de la Antigüedad.
                                     
                                                                   Pintura de Apeles 
Una de las obras del pintor griego Apeles y que dio lugar a la frase "zapatero a tus zapatos"
Plinio cuenta que el pintor griego Apeles, el maestro que vivió en el siglo III a.C. y que fue uno de los preferidos por Alejandro Magno, solía exponer su obra en las plazas públicas y se confundía con los espectadores que acudían, con el fin de escuchar las críticas a su pintura. En una ocasión un zapatero se dio cuenta de un error cometido por el pintor en los zapatos de una figura de un cuadro y lo criticó. Al oírlo Apeles, corrigió su trabajo de inmediato. Envanecido el zapatero, hizo otra observación sobre las piernas, a lo que el artista contestó: "Ne supra crepidam sutor judicaret", es decir "El zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias", frase que ha quedado reducida al dicho español: "Zapatero, a tus zapatos".

Pero hay otras frases y refranes que hablan de zapatos y zapateros:
El zapato que va bien a una persona es estrecho para otra: no hay receta de la vida que vaya bien para todos. (Carl Gustav Jung)
Estaba furioso de no tener zapatos; entonces encontré a un hombre que no tenía píes, y me sentí contento de mi mismo. (Proverbio)
Cuando alguien te lame las suelas de los zapatos, colócale el pie encima antes de que comience a morderte. (Paul Ambroise Valéry)
No hay que cargar nuestros pensamientos con el peso de nuestros zapatos. (André Bretón)
Al ingrato, con la punta del zapato. (Anónimo)
Bueno y barato, no caben en un zapato. (Anónimo)
Cada uno sabe dónde le aprieta el zapato. (Anónimo)
Como no son tuyos los zapatos, tiras por el barro. (Anónimo)
Con una buena media y un buen zapato, hace la madrileña pecar a un santo. (Anónimo)
Con zapato muy justo, nadie anda a gusto. (Anónimo)
Dar con la horma de su zapato. (Anónimo)
El zapato malo... malo, más vale en el pie que no en la mano. (Anónimo)
El zapato más bonito puede lastimar el pie. (Anónimo)
Es más molesto que una piedra en el zapato. (Anónimo)
Este sí que te quita los calcetines sin quitarte los zapatos. (Anónimo)
Ni amor forzado, ni zapato apretado. (Anónimo)
No me llega pero ni a la suela de los zapatos. (Anónimo)
Se encontró con la horma de un zapato. (Anónimo)
Zapatero, haz tus zapatos, y déjate de otros tratos., (Anónimo)
Zapatitos de charol ni para el agua ni para el sol..(Anónimo)
Zapato de tres, del primero que llega, es. (Anónimo)
Zapato que aprieta, otro se lo meta..(Anónimo)
Zapatero remendón...noble de profesión. (Anónimo)
A la fuerza, ni los zapatos entran. (Anónimo)
Alpargatas con cintas de color, o no hay zapatos nuevos, o sobra presunción. (Anónimo)
La salud no está en el plato, sino en el zapato. (Anónimo)
Poca cama, poco plato, y mucha suela de zapato. (Anónimo)
Zapato de amigo, la suela quebrada y el hilo podrido. (Anónimo)
Zapato de ramplón de larga duración. (Anónimo)
Estaba triste porque no tenía zapatos hasta que vi un hombre que no tenía los dos pies. (Anónimo)
Profesión de zapatero, la nobleza es lo primero. (Anónimo)
El zapatero ejemplar, tiene en el arte un lugar. (Anónimo)
También los zapatos y zapateros han sido protagonistas de guiones de películas, entre ellas la última: Con la magia en los zapatos, que se estrenará en España este año 2015.

Película que se estrenará en Mayo de 2015 sobre temas relacionados con el zapato o los zapateros 
*Publicado en el blog de Calzado del semanario Valle de Elda

viernes, 3 de abril de 2015

El zapatero artesano. La esencia del oficio

     A estas alturas del siglo XXI quizás alguien se pregunte si tiene sentido seguir hablando de zapateros artesanos. Especialmente son nuestros hijos y nietos los que podrían plantearse muchas incógnitas sobre este oficio, que ninguno de ellos ha conocido en el interior de nuestras antiguas empresas.
                                              
                                                    Pedro Lozano en su taller de Palencia 
      En mis muchos años y andanzas por pueblos y ciudades de España, era casi una obligación para mí iniciar una conversación con alguno de los zapateros de reparación que iba encontrando en sus clásicos establecimientos abiertos en cualquier lugar, pero especialmente en los cascos antiguos de los pueblos, hababa de zapatos y del Museo del Calzado. Así he hecho muchos y buenos amigos, conversando sobre zapatos y zapateros. Hablando sobre el oficio y su continuidad en el tiempo. Pude encontrar a personas de una gran profesionalidad, maestros de su oficio e intachables personas que me hicieron el honor con su amistad: Rafael Prieto en Palencia; Isabelino de Diego en Almería; Julio Vibot y Pedro Lozano en Palencia; Manuel Reina de Madrid y muchos otros que, aunque recuerdo sus rostros, siento no tener su nombres para poder nombrarlos, como un homenaje a su trabajo. 

     Verdaderamente el oficio de reparador y zapatero artesano ha ido perdiéndose, especialmente por ser un oficio que pasaba de padres a hijos, pero también con el mayor nivel de vida de la gente que, ante una rotura de sus zapatos, compra unos nuevos. Sin embargo el oficio de zapatero artesano es necesario y si algún día estuviese en peligro de desaparecer, habría que reinventarlo. Baso esta afirmación por la necesidad que tenemos de hacer zapatos para pies con deformaciones o malformaciones, también por el placer que supone calzar un zapato a medida. He repetido muchas veces lo complicado que es calzar a una persona con problemas en un pie, mucho más cuando se trata de graves deformaciones. ¿Quién calza a estas personas? ¿Cómo solucionar los muchos problemas menores que presenta una dolencia crónica o permanente en el pie? Esto sin contar con los zapateros que siguen reparando zapatos a los que tenemos un especial apego, amén de aquellos necesarios para representaciones teatrales etcétera.. 
Zapatos y hormas para pies con deformaciones

     El zapatero artesano es un oficio necesario y fundamental en nuestra sociedad, y nada tiene que ver con elementos nostálgicos o trasnochados. Sencillamente es una profesión que debe ser amparada y potenciada, para que no quede en el olvido y pueda perderse.
*Publicado en el blog "Calzado" de Valledeelda.com